TONI. La espontaneidad de vivir.

Desde el momento en el que crucé las primeras palabras con Toni descubrí esa tierna inocencia y esa bondad que lo impregna, la bondad de un niño que se le esconde muy dentro. No importa cuántos años tenga ni cuantas arrugas le surquen la piel de aquí en adelante, porque en su interior sigue teniendo unos valores limpios y puros, quizás sea por eso por lo que tanto le gustan los niños.

Él se define como un tipo sincero, creativo, cariñoso y romántico, y esto último me parece formidable, porque aunque (como dice la canción) el amor está pasado de moda, él mantiene ese ideal de romanticismo vivo, y que en la televisión digan lo que quieran.
También cuenta que odia la hipocresía y la comida basura, y que adora los paseos solitarios y los viajes espontáneos en tren, con una mochila al hombro y cuatro duros en el bolsillo. Y dejar que la vida le sorprenda.

Le gusta la fotografía por varios motivos que ni él mismo sabe explicar, pero el principal es la necesidad de expresarse y de comunicarse con los demás de una forma diferente, para que entienda el que quiera entender. Supongo que no todo el mundo comprenderá su forma de plasmar la vida en el papel, pero quien realmente lo comprenda, quien sepa ver lo que él intenta transmitir en sus fotografías, podrá conocer su forma de ver la vida.

Otro punto de vista.