sábado, 10 de diciembre de 2011

El Lavadero del alma













 















Encerrado, dentro de su concha, él es lo que cuenta su cuerpo y es lo que cuentan las constelaciones de su piel.

Observando suspicaz como el mundo a su alrededor fluye líquido y pegajoso contaminándolo todo, corrompiendo el “yo” y su espíritu, y para desgracia suya, su manera de ver el mundo, se ve condicionada.

Y él loco que no se encuentra, que en busca de la luz y la pureza absoluta siempre se le eriza la piel tras el frío beso de cada ducha con la que trata de lavar su alma y empezar de nuevo…

…lo esencial es invisible a los ojos.

4 comentarios:

  1. Al final, es sólo eso: "me estoy refugiando de vuestro mundo, ése que no me gusta. no quiero ver lo que queréis que vea. no quiero ser quien queréis que sea. Aquí me siento a salvo". Es el Ramón más crudo, ése que yace escondido en algún rincón de su sonrisa fugaz, pero sincera; una parte de él, tan auténtica, tan real, como todas las demás.

    "No se ve bien sino con el corazón..."

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  2. ME IMPACta ver ese interior,cuando su fachada es de un chico dulce y tímido.

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  3. Aún no se qué me gusta más si las fotos o el texto. :)

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  4. me gusta mucho las perspectivas que has cogido.
    Por cierto, como echaste la primera??

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